Crisis reputacional de consultora en Australia por documento parcialmente elaborado con IA. ¿qué nos enseña?

A inicios de octubre una reconocida consultora fue noticia por haber entregado un informe al gobierno de Australia que contenía errores graves e información falsa. ¿La razón? El uso de Inteligencia Artificial.

Se trata de una de las reconocidas “Big Four”, firma que tuvo que devolver parte de lo que le había pagado el Departamento de Empleo y Relaciones Laborales por este error. El documento incluía citas falsas y estudios inexistentes, provocados por las alucinaciones —respuestas incorrectas o inventadas que un modelo genera de forma convincente, aunque carecen de base en la realidad— de la plataforma de IA que se había utilizado en su elaboración. 

Este caso hizo sonar las alertas del mundo empresarial a nivel global, sumándose como ejemplo concreto de los riesgos que se corren al utilizar herramientas de IA de mala manera. Esto nos obliga a preguntarnos cómo usar la IA y de qué manera asegurarnos que esta sea un complemento que no ponga en riesgo la calidad y legitimidad del trabajo realizado. 

En ese análisis, un reciente estudio de OpenAI, Duke University y Harvard University revela un dato que nos entrega más luces sobre cómo se está usando la IA con fines laborales: a junio de 2025, el 27% de los mensajes enviados a ChatGPT estaba relacionado con el trabajo y se daba en un ambiente laboral. 

La investigación, basada en el análisis de datos desde su lanzamiento en noviembre de 2022 hasta julio de 2025, muestra que para esta última fecha, ChatGPT había sido adoptado por alrededor del 10% de la población adulta global. Esto, se traduce en más de 700 millones de usuarios activos semanales que, colectivamente, envían más de 2,5 mil millones de mensajes por día. 

Este fenómeno, que ha mostrado un crecimiento constante en el uso laboral (aunque más lento que el uso personal), plantea una pregunta crucial para las organizaciones: ¿cómo integrar esta nueva tecnología en nuestra cultura de trabajo? La respuesta no está en negarse al cambio, sino en adecuar nuestras prácticas para aprovechar al máximo el potencial de estas herramientas como un complemento a las competencias de cada trabajador. De esta manera, además, se asegura un correcto uso de las herramientas y se disminuyen los riesgos. 

Contrario a la creencia de que la IA está automatizando tareas repetitivas, el estudio muestra que el valor de ChatGPT en el trabajo está en su capacidad para actuar como un “copiloto” que mejora el trabajo humano. El 35% de los mensajes laborales, asegura el informe, es de la categoría “Asking”, lo que significa que los usuarios buscan a la IA para obtener información o asesoramiento que les ayude a tomar mejores decisiones o a ser más eficientes.

Por otro lado, la escritura representa un 40% de los mensajes laborales que recibe ChatGPT, aunque no para crear contenido desde cero, sino que para editar, resumir o recomendar mejoras.

El estudio revela también que otras actividades laborales más comunes con IA son la documentación, la toma de decisiones y el pensamiento creativo. Este patrón, se repite en diversas industrias, desde la tecnología hasta la administración, lo que demuestra que la IA generativa no se limita a un solo tipo de rol, sino que puede ser una herramienta clave para mejorar la eficiencia en una amplia gama de funciones. 

Las organizaciones que comprendan este poder transversal pueden tomar acción para su correcta utilización y, por ejemplo, desarrollar políticas de uso de IA que apliquen a todos los niveles, para que los colaboradores aprovechen los beneficios de esta tecnología de manera responsable. A eso se pueden sumar capacitaciones, manuales de uso y también el impulso de una cultura de reflexión sobre la adaptación de estas herramientas en el día a día, para así tener una organización preparada y que pueda aprovechar todos las ventajas de la IA, evitando riesgos de mal uso que, como vimos, pueden terminar en un importante daño reputacional. 

Takeaways claves:

  • Este caso es una alarma para el resto del mundo empresarial, para que puedan reaccionar a tiempo ante la ola del uso de IA en los ambientes laborales y se hagan cargo de esa realidad. 

  • La adopción generalizada de la IA por parte de los colaboradores hace ineludible que las organizaciones se adapten. Es fundamental establecer una cultura de la reflexión en base a capacitaciones, normativas claras y espacios de conversación sobre uso de IA, para aprovechar sus beneficios sin riesgos. 

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